CRISTÓBAL DE VILLALPANDO
(Ciudad de México, Nueva España, ca. 1649 – 1714)
Los desposorios de la Virgen y san José
ca. 1705-1714
Óleo sobre tela
INBAL / Museo Nacional de Arte
Transferencia de la Pinacoteca Virreinal de San Diego, 2000
310 aniversario de fallecimiento
Cristóbal de Villalpando nació en la Ciudad de México alrededor de 1649. No hay datos ni registros de bautismo, por lo que las fechas se consideran a partir de su matrimonio en 1669 con María de Mendoza, hija de un notable pintor poblano. Para 1686 fue nombrado veedor del arte de la pintura, cargo estipulado en las ordenanzas virreinales para supervisar y elaborar las obras artísticas con los contenidos y dictados de la Contrarreforma católica.
El puesto lo ocupó por mediación del virrey Tomás Antonio Lorenzo Manrique de la Cerda, conde de Paredes y marqués de la Laguna. Junto con José de Rojas, fue examinado para alcanzar el grado de maestro de la pintura por el gran artista Antonio Rodríguez.
En 1702 aparece registrado como capitán de la compañía de infantería del virrey duque de Albuquerque. Se trataba de puestos militares sin envergadura (sujetos a la custodia del Palacio virreinal), con la intención de ayudarse económicamente con sus rentas.
Dentro de su prolífica creación, Villapando destaca como el artista cimero del llamado Barroco exuberante novohispano. Su pintura, de gran estilización y refinamiento, se caracterizó por una iconografía de composiciones dramáticas; ricos contrastes de luz y sombra; escenas teatralizadas y recargadas; así como el predominio de temáticas religiosas y devocionales. Ejemplos señeros de su legado se encuentran en diversos repositorios públicos y privados, así como piezas de primer orden, entre las que destacan: La lactación de santo Domingo, en la sacristía del templo homónimo de la Ciudad de México; La apoteosis de san Miguel Arcángel, la Iglesia militante y triunfante en la Catedral metropolitana; y el ciclo narrativo mariano en la cúpula de la sede episcopal de la Puebla de los Ángeles.
Despertado José del sueño, hizo como le ordenó el ángel del Señor, y recibió consigo a su mujer; la cual, sin que él antes la conociese, dio a luz un hijo, y él le puso por nombre Jesús (Mt 1:24-25). Este lienzo, en los fondos del Museo Nacional de Arte, describe el pasaje en el que Simeón une en matrimonio a María y José. A los pies de la pareja, un grupo de rosas reitera la pureza y virtud marianas. La joven de Nazareth extiende su mano para recibir el anillo del enlace, al tiempo que un rompimiento de Gloria refiere al beneplácito del Padre. Villalpando, quien desconocía la lengua y escritura hebreas, estiliza los símbolos que aparecen sobre el fondo dorado como evocación del nombre de Yahvé.
El maestro falleció en 1714 y fue sepultado en el Templo de San Agustín de la capital mexicana.
Carlos Colin
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