Flandes y
Nueva España
Alcances técnicos
y refinamientos
formales
Gracias al refinamiento de la técnica del óleo, los pintores holandeses y flamencos lograron desarrollar composiciones pictóricas en las que destaca el cuidado y la minuciosidad con la que se tratan los detalles, sobre todo, de elementos lujosos, como bordados en las vestimentas de los personajes, la filigrana de ornamentos litúrgicos representados o del mobiliario casero, relieves en madera, joyería en las coronas de los personajes sagrados, etc. El refinamiento en el desarrollo de los detalles de artículos suntuarios causó mucho impacto y deseo de imitación en el ámbito de la pintura novohispana del siglo XVI: esta vocación fue inspirada principalmente por la circulación de estampas religiosas grabadas e impresas en Flandes durante los siglos XV y XVI.
“... lograron desarrollar composiciones pictóricas en las que destaca el cuidado y la minuciosidad con la que se tratan los detalles...”
“... el desarrollo de los detalles de artículos suntuarios causó mucho impacto...”
Der.- Jan Brueghel el Viejo, La adoración de los Reyes, 1600
Der.- Jan Brueghel el Viejo, La adoración de los Reyes, 1600
Flandes y
Nueva España
Perfiles angulosos
y suavidades de
gusto criollo
Los perfiles de las alas de los ángeles y otros personajes sagrados son representados por la escuela flamenca de modo muy anguloso, lo mismo que los drapeados o pliegues que se hacen en las vestimentas. Por otro lado, la escuela italiana, otra de las influencias en la conformación de la pintura de la Nueva España, trata con más suavidad los contornos, pliegues y rasgos faciales.
En algunas obras novohispanas se aprecia la influencia de la pintura flamenca de siglos anteriores en el modo de trabajar las expresiones faciales, sobre todo, en el caso de multitudes anónimas vinculadas a escenas de la Pasión de Cristo. El ejemplo que ofrecemos aquí encuentra relación con algunas obras de Hieronymus Bosch o Peter Brueghel. Esto no fue dominante en el ámbito de la pintura novohispana: el gusto criollo se fue perfilando hacia una gama cromática suave y alambicada, pero también, hacia el cultivo de perfiles en rostros y manos cada vez más suaves y delicados: (poner un detalle de cualquiera de los rostros de La bendición de la mesa de José de Alcíbar).
“... se aprecia la influencia de la pintura flamenca de siglos anteriores en el modo de trabajar las expresiones faciales...”
Der.- Simon Pereyns, San Cristóbal, Siglo XVII
Der.- Simon Pereyns, San Cristóbal, Siglo XVII
Flandes y
Nueva España
Impulso científico
vs
Cosmos suspendido
Las naturalezas muertas trabajadas por los pintores del norte de Europa, con respecto a las elaboradas por los pintores vinculados a una tradición barroca contrarreformista difieren considerablemente. En el caso de la pintura del norte de Europa apreciamos un cultivo del detalle, heredero del interés curioso que motivó a los pintores tardomedievales de esta región a realizar experimentos para finalmente llegar a la solución de la pintura al óleo, lo que les permitía trabajar con mayor soltura áreas muy pequeñas en las que se podrían pintar veladuras y detalles finísimos que repitieran las texturas y relieves de objetos como coronas, tiras de bordado en hilos metálicos, los pliegues de cortinajes de terciopelo, el reflejo de objetos lejanos en un espejo convexo, etc. El descubrimiento de lentes que ayudaran al ser humano a mirar cada vez más a detalle las cosas más pequeñas (los microorganismos vistos por primera vez gracias al microscopio, desarrollado por científicos precoces como Anton van Leewenhoek) tuvo un correlato en la pintura del norte de Europa, particularmente, en la holandesa y la flamenca. Las obras realizadas por estos artistas dan cuenta del interés por captar los más finos detalles, presentes en la cara oculta de los objetos.
“... En el caso de la pintura del norte de Europa apreciamos un cultivo del detalle...”
Der.- Frans Snyders, Flores y frutas, Siglo XVII
Der.- José de Alcíbar, La bendición de la mesa, s/f
Flandes y
Nueva España
El retrato como
legitimación
del poder
El retrato es un género que permite observar cómo algunas comunidades humanas simbolizan al poder y lo depositan en insignias y atributos que acompañan a la persona retratada. En los albores del desarrollo de este género en Occidente –probablemente, en las pinturas funerarias trabajadas con encáustica en la zona de Fayum-, se percibe una intención de hacer durar, de extender los dominios de la existencia de una persona y perpetuar el recuerdo de su apariencia. Con el paso del tiempo, el retrato no sólo tuvo esta finalidad de registro de memoria, sino que, al desplazarse a la figura de los gobernantes o de los jerarcas espirituales, las insignias que daban cuenta del poder de sus poseedores, la persona representada y la pintura misma se convirtieron en productores de presencia: el retrato del rey presidía los actos y conmemoraciones más importantes en la Nueva España, cuando en estas tierras jamás el rey posó su pie… El retrato de los virreyes se encontraba en ceremonias públicas y en la Audiencia: su presencia se hacía efectiva a través de la imagen, de la efigie.
“... el retrato no sólo tuvo esta finalidad de registro de memoria...”
Der.- Gonzales Coques, Retrato de una dama, Siglo XVII
Der.- Baltasar de Echave Orio, Retrato de una dama, Siglo XVII