PRESENTACIONES
Roberto Parodi descubrió pronto su voz personal y la ha ido modulan-
do y sofisticando con el tiempo. Este diálogo con la escultura le permite una
asombrosa libertad, su paleta se esmera en el juego de tonalidades para
provocar el juego volumétrico, no sin ironía, pero a la vez plenamente
consciente de la relación con la historia y la tradición.
Alba del óleo-color de piedra
es, como sugiere su título, un amanecer
—un nacimiento— del color y una coloratura de la piedra, de lo mineral. Parodi
no busca volverse protagonista sino que vuelve protagónica a la pintura. Él
que en otras ocasiones se ha puesto a dialogar con manifestaciones radi-
calmente modernas del arte (el video y la instalación, por ejemplo), vuelve
aquí la mirada y transforma en moderna la escultura de hace un siglo. Las
palabras de Xavier Villaurrutia en su “Nocturno de la estatua” son un buen
epígrafe para la exposición:
Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro.