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Museo NAcional de Arte
El arte en México de principios del siglo XX se vio alentado por el aconteci‑
miento histórico de la Revolución mexicana. Los artistas se dieron a la tarea
de perfilar nuevos lenguajes plásticos cuya esencia fuera vincular el conte‑
nido y la forma con la identidad mexicana que sería la nueva faceta de la re‑
construcción nacional.
La obra escultórica del coahuilense Oliverio Martínez (1901–1938),
alumno de José María Fernández Urbina en la Escuela Nacional de Bellas Ar‑
tes, queda como testimonio de los impulsos artísticos posrevolucionarios.
Fue autor de monumentos dedicados a personajes revolucionarios, como
Emiliano Zapata, y de retratos, como el del piloto Emilio Carranza, que fue
hecho al bronce y enviado a Saltillo, Coahuila. En cambio, la serie monumen‑
tal de los grupos escultóricos que fueron colocados en lo alto del Monu‑
mento a la Revolución, refieren el vigor constructivo y la energía sintética
que el joven escultor alcanza en un periodo revolucionario nacionalista.
Lo que se lee en los ensayos de esta monografía es que Oliverio Mar‑
tínez formó parte de una generación de escultores (entre ellos, Ignacio Asún‑
solo, Guillermo Ruiz, Federico Canessi) que no renunciaron a la búsqueda
de nuevos valores plásticos relacionados con esa nueva idea de lo nacional y,
en el caso de Oliverio, de la integración de la escultura a la arquitectura revo‑
lucionaria.
Con el apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila y la Secretaría de
Cultura del Estado hemos logrado editar esta tercera monografía de la serie
México a través de sus artistas
, consagrada a un artista de la talla de Oliverio
Martínez, figura que despunta entre la renovada escultura mexicana.
Miguel Fernández Félix
Director
Museo Nacional de Arte