Página 17 - 23_Septiembre2013

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septiembre
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2013
¿QUÉ ESUNA
QUIMERA?
Según la mitología griega,
quimera era un monstruo,
mezcla de león, cabra y dragón,
que echaba fuego por la boca.
Otras versiones sostienen que
le gustaba acumular tesoros, lo
que no deja de ser significativo:
las cuatro que están a las
puertas del Munal, resguardan
un acervo de 5 siglos de arte.
ARQUITECTURA
LASQUIMERAS
DEL PALACIO
Q
uien camine por la Plaza
Tolsá y se detenga a mirar
la magnificente fachada
del Palacio de Comunicaciones pue-
de fácilmente transportar su espíritu
al pasado. Si se observa a detalle el
inmueble, antes de dar un paso más
allá de los grandes portones de hierro
fundido, podemos percibir cuatro
serenos de antaño; su misión desde
el pasado ha sido doble: custodiar a
todo aquel que se adentra al edificio y
regular la iluminación durante la no-
che silenciosa, aunque en esta ciudad
las noches así sean ya muy pocas.
221 piezas metálicas, 36 cristales,
72 tornillos y 100 años de historia,
conforman los cuatro lampadarios
de fierro fundido que se localizan en
la fachada principal del Munal; com-
puestos a su vez de tres farolas cada
uno, su base está formada por una
ménsula con soporte escultórico; las
quimeras con sus alas desplegadas que
sostienen los faroles dan un toque fan-
tástico a los clasicismos de la fachada.
Para sostener los tres faroles en forma
de prisma hexagonal que componen
cada uno de los lampadarios, se inclu-
yó en el diseño original un conjunto de
brazos en forma de espiral con flores al
centro de cada brazo, y hojas curvas en
cada espiral. Además, cuenta con una
piña de remate y una flor abierta en la
parte superior.
CAÍDA Y VUELO
En el año2001, unode los lampadarios
cayó al suelo rompiéndose. Entonces
y por petición del Centro de Conser-
vación y Restauración del Patrimonio
Artístico Mueble (cencropam) y del
inba, se tuvieron que retirar las cuatro
piezas completas de la fachada princi-
pal para su revisión y restauración. Sin
embargo, por falta de recursos, la tarea
de recuperar estas fantásticas piezas
tuvo que esperar.
Finalmente y después de varios
años de gestión, en el 2011 se llevó a
cabo la colocación y restauración in-
tegral de los lampadarios o fanales en
forma de quimeras de hierro forjado
y troquelado. Los trabajos consistie-
ron en la eliminación de pintura de
esmalte, la estabilización del metal y
la aplicación de protección.
El primer paso fue desmontar la
escultura y la ménsula que la sopor-
taba para revisar los anclajes en el
NUMERALIA
4
LAMPADARIOS EN
FACHADA
1,316
TOTAL DE PIEZAS
329
PIEZAS POR
LAMPADARIO
42
CONCEPTOS
DIFERENTES
728
PIEZAS DE
FUNDICIÓN
144
CRISTALES RECTOS
Y CURVOS
288
TORNILLOS DE
ACERO INOXIDABLE
16
TUBOS CON
CUERDA, EN ACERO
INOXIDABLE
64
PIEZAS FORJADAS
72
MOLDURAS
SOPORTE DE
CRISTALES DE
ACERO INOXIDABLE
»
ELVIA PÉREZ SAMANIEGO
muro. La limpieza general se reali-
zó con agua a presión mezclada con
desincrustante para eliminar todas
las impurezas. Luego, con el fin de
desarmar todos los elementos, se
extrajeron los tornillos rotos y se re-
acondicionaron las cuerdas.
La eliminación de capas de he-
rrumbre -o en otras palabras óxido
de hierro- sobre la superficie de las
piezas causado por el contacto di-
recto con la humedad fue realizada
manualmente.
Las piezas que no estaban sujetas
a un esfuerzo mayor fueron soldadas
y se repusieron las piezas faltantes o
rotas. En una cabina especial se hizo
la pulimentación por medio de micro
esfera de vidrio, hasta la eliminación
del más pequeño resto de óxido, para
garantizar un tratamiento antico-
rrosivo eficaz que proporcionara al
metal, además de resistencia a la oxi-
dación, apariencia de pavonado (si-
milar al original). El tratamiento fue
a través de la aplicación de esmalte de
poliuretano transparente e incoloro.
En algunos casos, se tuvieron
que sustituir piezas de hierro por ace-
ro inoxidable. Así ocurrió con los tu-
bos de soporte de las farolas y central
superior. El armado y sellado de las
piezas se realizó de tal manera que se
evitara el almacenamiento de pol-
vo y humedad en sus juntas.
Posteriormente, se llevó a cabo
la sustitución de vidrios rotos o
manchados, de las farolas (crista-
les esmerilados de seis milímetros).
Se buscó un sistema de fijación de
cristales que facilitara su reempla-
zo y no permitiera acumulación de
polvo y humedad en contacto con
la estructura. También se coloca-
ron los cristales curvos en la parte
superior de la fachada.
El cableado eléctrico de las
farolas y el tipo de lámparas se de-
terminó de acuerdo a un estudio
específico, considerando focos
ahorradores de luz cálida. Este
trabajo fue realizado en conjunto
con el área de Mantenimiento del
Munal, que se encargó de toda la
instalación eléctrica.
Gracias a todo este trabajo con-
junto, llevado a cabo con la mayor
precisión y el mayor esmero, es po-
sible admirar hoy los lampadarios en
todo su esplendor. De esta manera,
no sólo se recuperaron las piezas
dañadas sino que se rescató la ima-
gen original del edificio, con toda la
magnificencia que los lampadarios
le confieren a la fachada principal de
tan importante inmueble histórico.
El Museo Nacional de Arte recuperó recientemente los lampadarios que iluminan su entrada. Gracias a un complejo proceso
de restauración, estas joyas con reminiscencias mitológicas pueden apreciarse en todo su esplendor.