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munal.gob.mx
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junio
|
2013
PUERTAS ADENTRO
El
genio
de la
pintura
El Munal presenta una nueva exposición temporal con cuatro óleos sobre tela que
patentan los anhelos sociales, en distintas épocas, por enaltecer el oficio del pintor.
Víctor T. Rodríguez Rangel
A
lterno al Recorrido per-
manente del siglo xix y
contiguo a la sala 22, el
espacio Hipertextual del
Munal presenta
Atributos del oficio de
pintor
. Se trata de una pequeñamuestra
temporal, con cuatro pinturas al óleo,
que forma parte de nuestros discursos
curatoriales para realizar aproximacio-
nes analíticas sobre ciertas obras de la
colección, sobre determinados temas y
la vigencia o cambio de los signos esté-
ticos en el tiempo.
Esta sala de exposición, que es una
de las tres áreas hipertextuales con las
que cuenta el Museo Nacional de Arte,
forma parte del Recorrido alterno, que
funciona como intermedio concep-
tual al guión histórico y artístico per-
manente, mismo que es un tanto lineal,
al estar estructurado –por la vocación
del museo como Nacional- de manera
cronológica a partir de la producción
artística en tres grandes periodos de
México: el virreinato, el siglo xix y el
siglo xx hasta 1954.
Los contenidos en las hipertextua-
les, rompen con estos cajones tempo-
rales de la historia política, a través de
diálogos transversales que permiten
conjuntar obras de diversos periodos,
y que tienen en común la semejanza y
continuidad de sus códigos simbólicos
-patentes en sus motivos artísticos-, los
cuales trascienden las fronteras perió-
dicas al ser vigentes como atributos de
rango, intelecto, prestigio y poder en
los distintos contextos socioculturales.
En
Atributos del oficio de pintor
, mi-
ramos, confrontamos y entendemos
que en diferentes épocas y lugares, los
artistas se han realizado
vanidosos
au-
torretratos o han representado a sus
honorables
colegas del gremio en el
acto técnico y mental de pintar, tra-
zando imágenes volumétricas en una
superficie plana y rodeados por los
atributos característicos del taller, la
disciplina y la academia: carboncillos,
pinceles, caballetes, tientos, lienzos,
modelos, cuadernos de bosquejos y
tratados o manuales de pintura.
En las obras, el juego de los
reflejos
por partida doble se ve tanto la diná-
mica de la práctica artística a través del
cuadro dentro del cuadro, como la pre-
sencia ennoblecida del propio artífice
ante la indiscreta mirada del espectador,
quien se asoma a la intimidad del taller.
A lo largo de la historia, el pintor
culto
e
instruido ha preponderado su jerarquía
creativa por encima del artesano. Los
ropajes elegantes con los que se repre-
sentan distan mucho de las prendas de
labor con manchones multicolores con
las que se suele asociar el oficio.
Es así que comulgan, dentro de un
mismo concepto, las efigies de los tres
artistas como testimonio de la actitud
por exaltar el
noble oficio de pintor
, no
obstante que provienen de diferentes
épocas de la historia. Al tiempo, queda
reconocido su protagonismo intelec-
tual a través de la alegoría del
Genio de
la pintura.
En tres convenciones distintas para
el arreglo de la postura corporal en los
José Guadalupe Montenegro,
El genio de la pintura
, 1871.