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Saúl E s par z a
como
Alba de óleo-color de piedra
. Pero advirtamos que Parodi ha acusado
también en su producción un constante interés en los temas y géneros clá-
sicos o tradicionales, recreando obras plásticas con lenguajes plásticos diver-
sos, acudiendo al expresionismo o al academicismo como si fuera un
intérprete, lo cual nos dirige a un juego diferente, así como también se ha
recreado —deleitado— con el juego de construir y deconstruir las formas que
constituyen lo representado.
Someter los diferentes ejercicios al análisis comparativo conduce a
interesantes conclusiones. Tenemos por un lado una imagen correspon-
diente al relato de Parodi construida a partir del uso de la memoria, donde
el primer paso ha consistido en el empleo de la representación de objetos
simples para crear situaciones de algún valor plástico a los que posterior-
mente se han introducido elementos recordados, todo esto como inicio
de un juego al que se llegará a su fin al establecer cierto orden. En el otro
extremo está la manipulación de imágenes de cierto peso histórico-acade-
micista sobre las que se actúa alterándolas irremediablemente o reprodu-
ciéndolas de manera casi idéntica con lo que las diferencias, por mínimas
que sean, cobran también un papel importante. Pensemos en el bodegón
original de Zurbarán y todos sus detalles en comparación con la versión que
de él hace Parodi.
Capitulando: en las obras relacionadas con el primer caso (generadas
a partir de cierta especulación compositiva y en las que la propuesta de
color original de Parodi juega un papel protagónico) el resultado parece
ceñirse a unas preconcepciones estéticas de orden armónico; en las otras,
las acciones que han alterado la estructura original (cuyo cromatismo limi-
tado se mantiene en un nivel secundario) ocasionan que sea evidente el
hecho de que una estructura armónica previamente existente —e incluso
reconocida— ha sido trastornada (en un sentido irónico no desprovisto
de humor, como el jarro de Zurbarán que Parodi ha tornado en caricatura de
un chef, o de algún otro modo). Podemos diferenciar, entonces, dos niveles
de expresividad. Inevitablemente, uno de ellos más revelador —como se ha
dicho de los Nuevos Salvajes— “de sus cuestionamientos personales, así
como a la de sus delirios y desencantos”.
la
recreación manipulada
:
consideraciones
acerca
de
alba
de óleo
-
color
de
piedra
Roberto Parodi ha tomado como modelo una selección de ocho esculturas,
pertenecientes a la colección del Munal y cuya factura data de 1830 a 1875,
que la institución facilitó para la experimentación de su nueva aventura. A