Página 30 - 02_Cine_surrealista

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Javier Espada
El cine será inquietante o no será surrealista
Sin embargo, son muchos los cineastas que han incorporado guiños
buñuelianos en sus obras, como Woody Allen, pero el único en hacerlo protago-
nista de un largometraje de ficción ha sido su amigo Carlos Saura, con un home-
naje cinematográfico titulado Buñuel y la mesa del rey Salomón, en la que don
Luis comparte protagonismo con sus amigos de juventud Lorca y Dalí en una obra
sorprendente, tan llena de resonancias cinematográficas que se podría conside-
rar metacinema aunque al mismo tiempo sea una obra de aventuras, con pasa-
dizos secretos, una película llena de efectos especiales al servicio de una poética
tan espectacular como cuando un niño levanta la piel del mar para descubrir a
un jinete muerto, uniendo en un mismo plano un cuadro de Dalí (Dalí a los seis
años cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro
que duerme a la sombra del mar) con los famosos versos de Lorca de la Canción
de jinete.
La influencia del surrealismo en el cine va más allá de construir una mera
poética, pues se ha caracterizado, como hemos visto, por la incorporación de los
procesos oníricos, por el empleo del humor (muchas veces negro), por la forma
de mostrar la pasión erótica, por el gusto por el mundo gótico, por la crítica de
la tradición cultural cristiano-burguesa y por creer en el escándalo como arma
para la transformación del mundo, Dalí opinaba que “lo que se espera del su-
rrealismo y lo que puede esperarse de un tipo de cine calificado de cómico es lo
único que merece consideración”.
Dalí supo unir lo cómico con lo surrealista para crear divertidos anuncios
publicitarios. Curiosa la influencia del surrealismo en la publicidad, y temprana si
tenemos en cuenta el anuncio de una tienda de muebles (las parisinas galerías
Barbès) interpretado por una cuadrilla de revolucionarios (algunos surrealistas
disfrazados de mexicanos) con Max Ernst a la cabeza y del que afirmó Manuel
Ángeles Ortiz que lo había realizado Buñuel, algo más que improbable.
Don Luis con pesimismo afirmó: “Los surrealistas queríamos cambiar el
mundo pero solamente hemos cambiado los escaparates de las tiendas de
moda”, sin embargo, más allá del grupo liderado por Breton y su fracaso como
revolucionarios, sus ideas, su ética y todas las reivindicaciones del surrealismo
hoy en día continúan inspirando a múltiples creadores, a directores de cine y
realizadores de videoclips, al tiempo que su presencia se ha difundido a través
de internet, fascinando, transgrediendo y perturbando. El surrealismo está tan
vivo como los sueños.
Rodaje de
El fantasma de la libertad
, París, 1974. Archivo
cbc
.
Buñuel en el rodaje de
Nazarín
, 1958. Archivo
cbc
.