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El hecho de realizar este libro dedicado a las correspondencias del cine mexica-
no con la filmografía surrealista representa una coyuntura significativa en el
campo del séptimo arte. Hacía falta una fuente nueva (acaso novedosa) que
explorara y discutiera, desde planos renovados, el fenómeno del surrealismo en
el cine: su eclosión y trascendencia que, de Francia y España, se extendió por
el mundo, arribando en los años treinta a nuestro país, tierra de contrastes y
bellezas convulsivas.
El trabajo conjunto entre los equipos del Museo Nacional de Arte y del
Instituto Mexicano de Cinematografía, en permanente diálogo sobre el tema en
cuestión, ha dado como resultado esta publicación que abriga ensayos de re-
nombrados especialistas en la cinematografía y las artes plásticas, así como una
selecta filmografía —más de cuarenta cintas nacionales e internacionales—, co-
mentadas y muchas de ellas ilustradas en estas páginas.
Este contingente de películas y de célebres directores, como Luis Buñuel,
Jean Cocteau o Germaine Dulac, por mencionar algunos, se encadena una vez
más (como en la historia del movimiento vanguardista) al tropel de artistas vincu-
lados a esta corriente encabezada por André Breton, cuya figura e ideología
irradiaron el suelo mexicano a finales de la década de 1930. Es, precisamente,
en este punto donde “el ojo surrealista”, como tendencia plástica y revoluciona-
ria, converge con el cine experimental y de vanguardia internacional. Los vasos
comunicantes son palpables entre uno y otro campo, que, a final de cuentas,
expresan sus propuestas en cuadros.
Tanto la exposición Surrealismo. Vasos comunicantes, como el ciclo de cine
El ojo y sus narrativas Cine surrealista desde México, suscitan una mirada remo-
zada de lo que el surrealismo, esa tendencia
avant garde
de origen francés y li-
teraria, ha representado en la cinematografía con el correr del tiempo.
Miguel Fernández Félix
Director
Museo nacional de arte