Página 28 - 06_Anguiano

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de México en el verano de 1934 antes de llegar a
pintar un fresco en el Museo Michoacano de
Morelia.
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Ninguno de estos bocetos puede conside­
rarse realmente una obra terminada; hoy sobrevi­
ven como un grupo intacto en su archivo porque
Anguiano no parece haber estado interesado en
venderlos. Y sin embargo, dado que se expusieron
a mediados de los treinta, varias interpretaciones
críticas nos ayudan a contextualizarlos mejor. En un
breve folleto producido para la exposición de la
lear
en 1937, Carlos Mérida apunta que el pintor
había “abandonado aquella pintura de la época
del maratón ‘socialista’ en que tanto se gritó [en
favor de un] campo especulativo verdaderamente
interesante”. Este mismo desplazamiento de los
temas proletarios a otros más cerebrales fue subra­
yado en la publicación de la
lear
, Frente a Frente,
donde Mariano Paredes afirma que en sus “dibu­
jos hay algo de sueños que realiza en su mente”.
15
Otros críticos describieron los dibujos de
manera más explícita en el contexto del surrealis­
mo, pero con una reserva importante: también
eran “políticos”. José Revueltas justificó las imá­
genes de Anguiano destacando que su contenido
iba más allá de lo subjetivo: su “gran finura poé­
tica” revelaba el “dolor de toda una generación
sacudida y quemada por las contradicciones”.
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Efraín Huerta llamó la atención sobre el erotismo
y la muerte como temas predilectos de Anguiano
y señaló que los dibujos dejaban ver una mezcla
de “virilidad y ensueño”.
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Huerta emplea el pri­
mer término sólo en parte porque las imágenes
de Anguiano solían referirse a las mujeres y la
sexualidad. Desde los veinte, los críticos mexicanos
habían propugnado la necesidad de un arte viril
—representado por el muralista de overol— que
ayudara a construir una nueva nación posrevolu­
stein) and Reuben Kadish, who passed through
Mexico City in the summer of 1934 before going
on to paint a fresco in the Museo Michoacano in
Morelia.
14
None of these sketches can really be con­
sidered finished works, and, since they survive
today as an intact group in his archive, Anguiano
appears to have had no interest in selling them.
Yet, because they were exhibited in the mid-
1930s, several critical interpretations help us
frame them better. In a brief pamphlet that ac­
companied the
lear
show of 1937, Carlos Mérida
noted that the painter had “abandoned that
painting of the time of the ‘socialist’ marathon in
which there was so much shouting” for a “truly
interesting speculative field." This shift from
proletarian themes to more cerebral ones was
underscored in the
lear
publication Frente a
Frente, where Mariano Paredes noted that in
Anguiano’s “drawings there is something of the
dreams created in his mind."
15
Other critics more explicitly described the
drawings in the context of Surrealism, but with
an important caveat: they were “political” as
well. José Revueltas justified Anguiano’s imagery
by underscoring that his content went beyond
the subjective: their “great poetic refinement”
revealed the “pain of an entire generation
shaken and burned by contradictions."
16
Efraín
Huerta, who drew attention to Anguiano’s
favored themes of eroticism and death, empha­
sized that the drawings evidenced a blend of
“virility and daydreams."
17
Huerta’s deployment
of the former term only partly has to do with the
fact that Anguiano’s images often referenced
women and sexuality. Since the 1920s, critics in
Mexico had called for the necessity of a virile art
—embodied by the overall-clad muralist— to