14
En el ideario estético de una época importante de
la pintura mexicana, la del convulsionado siglo
XX
, se encuentran figuras como Manuel Rodrí-
guez Lozano. Considerado un artista arquetípico
de nuestra historia, Rodríguez Lozano contribuyó
notablemente a la pintura mexicana de esa centu-
ria. Desde la década de los veinte, inmerso en el
proyecto educativo vasconcelista, el pintor buscó
expresar bajo otros canónes la historia, el espíritu
y las costumbres mexicanas.
La expresión de la mexicanidad se convirtió
en su móvil, pues ansiaba disolver en su expre-
sión la naturaleza del pueblo mexicano; según se
aprecia en su pintura y en sus escritos que tradu-
cen su época. Esta profunda búsqueda en el alma
nacional, en la estética popular, lo convirtieron en
uno de los artistas cardinales de la entonces nue-
va escuela mexicana, aquella contemporánea a la
muralista.
Críticos e historiadores del arte han incorpo-
rado su producción artística a la literatura historio-
gráfica por sus grandes contribuciones a la cultura
mexicana. No es de extrañar, sin embargo, que
un personaje de esta naturaleza, refinado y tem-
peramental, haya acaparado también la atención
de autores cuyas novelas históricas abren ciertos
capítulos del libro de su vida, lleno de momentos
estrujantes.
Manuel Rodríguez Lozano, un humanista de la
pintura, trazó con renovada apariencia la realidad
de la vida mexicana de su tiempo. Los valores es-
téticos propios y las transmisiones plásticas de sus
alumnos, se ofrecen en esta exposición conmemo-
rativa planeada por el Museo Nacional de Arte.
Roberto Hernández Ramírez
Presidente
PATRONATO DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE, A. C.