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munal.gob.mx
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julio
|
2013
Los muertos
que nos dieron
patria
Una serie de imágenes escalofriantes son parte de la
muestra
México
a través de la fotografía
.
Magnicidios,
tragedias,asesinos famosos, guerras, fusilados.Todo
ello es parte de la construcción histórica de un país que
desde su fundación ha sido bañado por la sangre.
Bernardo Esquinca
L
a historia de un país también puede in-
terpretarse a partir de la crónica policiaca
y de su relación con el crimen. Las bajas
pasiones, los instintos animales, las traiciones
y venganzas son un reflejo del lado oscuro que
toda sociedad posee. Es el espejo en el que nadie
quiere observarse pero donde todo el mundo se
reconoce. El criminal que todos llevamos dentro
nos devuelve la mirada desde las imágenes mor-
bosas para decirnos “podrías ser tú”. Por eso las
noticias amarillistas nos provocan el binomio
atracción-repulsión. No querermos ver pero tam-
poco podemos evitarlo. El mismo que nos hace
amontonarnos ante el cadáver aún tibio de un
atropellado en plena calle.
La relación de los mexicanos con la llamada
nota roja proviene desde finales del siglo xix, don-
de periódicos como
El Imparcial
comprendieron
el potencial de los reportajes sangrientos, que
atraían numerosos lectores y aumentaban su cir-
culación. Casos como el del famoso Chalequero,
quien asesinaba prostitutas en los márgenes del
Río Consulado, ocuparon las portadas de los dia-
rios. El seguimiento del juicio de este matador de
mujeres contemporáneo de Jack el Destripador
México a través de la fotografía
llegó a cobrar más relevancia en sumomento que
las cuestiones políticas.
Las imágenes trágicas son una parte impor-
tante del hilo conductor de
México a través de la
fotografía
. A lo largo de la exposición, encontra-
remos escenas impactantes tanto por su siniestro
contenido como por su indiscutible valor históri-
co. Desde el daguerrotipo que da cuenta de la am-
putación sin anestesia a un soldado en la batalla
de Cerro Gordo en 1847, pasando por el retrato
del cadáver de Maximiliano en su ataúd -que se-
meja a un vampiro decimonónico esperando la
luz del día-, hasta el asesino serial GoyoCárdenas,
quien aparece llorando luego de ser detenido por
matar a varias mujeres y enterrarlas en el jardín
de su casa en los años cuarenta, el repaso de estas
fotografías destaca en el contexto de la muestra
por la extraña fascinación que despiertan. Y, so-
bre todo, porque no aceptan interpretaciones am-
biguas: Zapata, Obregón, Tlatelolco, San Juanico,
Colosio: más allá de la historia oficial, de todo lo
que han querido ocultarnos, el pueblo ha sufrido
sus tragedias y llorado a sus muertos -anónimos o
famosos- en cuyos cadáveres apilados se sostiene
la historia de nuestro país.
Charles J. Betts (atribuida),
Cerro Gordo, Shields
[sic],18 de abril de 1847
© 839971 CONACULTA. INAH. SINAFO. FN.MÉXICO. Fondo Imágenes de cámara
P. Zavala (atribuida),
Restos del brazo amputado a Álvaro
Obregón. México,
julio de 1915.
© 39258 CONACULTA. INAH. SINAFO. FN.MÉXICO. Fondo
Archivo Casasola
Hermanos Mayo, Tlatelolco. Ciudad de México, 3 de octubre de 1968
Archivo General de la Nación, Archivo Fotográfico Hermanos Mayo, HMCR sobre
tema Mitin de estudiantes 2 de octubre 1968, 24618, foto 78/80
Fotógrafo no identificado, De la serie el Estrangulador deTacuba. Ciudad de México,
1942, Acervo Centro de la Imagen, Fondo Coordinación Nacional de Exposiciones y
Eventos Temporales, GOC-MEX-CNE-073
José Mora,
Cadáver de Emiliano Zapata
, Cuautla, Morelos, abril 10 de 1919. Archivo General de la Nación,
Archivo Fotográfico Enrique Díaz, Delgado y García, tema Emiliano Zapata, caja 1 subcaja 2
François Aubert, (atribuida),
Portrait of the Emperor Maximilian in
his Coffin
, 1867. San Francisco Museum of Modern Art,
Accessions Committee Fund purchase