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julio
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2013
México a través de la fotografía
Instantáneas
para la
eternidad
La exposición
México a través de la fotografía
, que se inaugurará
en el Museo Nacional de Arte el próximo mes de agosto, vincula la
experiencia fotográfica con los capítulos políticos y culturales que
definen el “tiempo mexicano”. Historia y memoria se unen en más de 300
fotografías que han nutrido la imaginación de los mexicanos,y que
de algún modo han contribuido a la formación de nuestra identidad.
D
esde que Walter Benja-
min puso sobre la mesa
de discusión el presunto
problema de la obra de
arte en la época de su reproductibi-
lidad técnica, se han generado innu-
merables textos que han producido
una vasta reflexión sobre la cualidad
principal de los objetos artísticos y su
relación con el desarrollo de las diver-
sas tecnologías. Si es posible asumir
que el punto central de la reflexión
de Benjamin parte del hecho de que
a pesar de que la producción artística
siempre ha mantenido una relación
indisociable con la reproducción y
que el desdoblamiento de los medios
de reproducción puede identificarse
de modo constante en la historia de
la cultura, entonces fue a partir de
su implementación técnica que se
identifica el desvanecimiento de “el
aquí y el ahora”, cualidad particular
del carácter de autenticidad y origi-
nalidad de todo objeto artístico. Este
argumento implica un determinismo
esencialista que desplaza la proble-
mática hacia la idea de autenticidad
que se proyecta en un objeto. En este
sentido, la presunta brecha generada
por la implementación de las diversas
técnicas de reproductibilidad impli-
ca, en el caso de la fotografía, que su
valor expositivo se superpone al valor
cultural, insertándose en un nuevo
orden simbólico.
Sin embargo, la reflexión de Ben-
jamin se desplaza hacia una proble-
mática que rebasa el propio ámbito
del arte y obliga, para el caso de la
fotografía, a la pregunta sobre la fun-
ción de la imagen como resultado de
una simbolización individual o co-
lectiva, filtrada por medios de repro-
ductibilidad determinados técnica-
mente. Esta premisa ya centrada en
una reflexión antropológica, implica
asumir que el ser humano determi-
na la experiencia del mundo vivido
a través de imágenes, extendiendo la
presencia de éstas a su producción
en el espacio social, las cuales se vin-
culan en diálogo permanente con
sus figuraciones mentales. En con-
secuencia, la pregunta sobre lo que
produce la fotografía apela de modo
inmediato al estu-
dio de los artefactos
a través de los cua-
les es posible obte-
ner imágenes y a su
transposición. Con
ello es necesario en-
tonces referirse a la
relación entre ima-
gen y medio como
dos caras de una
moneda, ya que la
cualidad principal
de dichos objetos
es su intangibilidad.
Lo anterior implica asimismo, para
el caso de la fotografía, establecer
una distinción entre la imagen, el
medio y el receptor, cada uno com-
ponentes de una relación permanen-
te y dinámica.
Del mismo modo, habría que
asumir que las imágenes proyecta-
das en los medios fotográficos, por
su condición, se transforman cuali-
tativamente, incluso si sus temas son
inmunes al tiempo, ya que implican
un acto de reconstrucción por parte
Adolfo Mantilla Osornio
de los múltiples receptores, pues “el
aquí y el ahora” que se encuentra
contenido en la fotografía se diluye,
generando íconos administrados por
la memoria y la historia que paulatina-
mente van formando nuestro almacén
personal de imágenes. Este peculiar
fenómeno es posible sólo a causa de
los medios portadores o anfitriones,
que necesitan de las imágenes para ha-
cerse visibles. Es pues en el marco de
la dinámica cultural
donde se genera este
fenómeno, haciendo
al ser humano el lu-
gar de aquellos suje-
tos, objetos y contex-
tos que se proyectan
fotográficamente, ya
que es en él donde
estos objetos recibenun
sentido vivo, así como
un significado. De ese
modo los diversos pro-
yectos de identidad se
desarrollan siempre en
constante vínculo con sus imágenes –
sean individuales o colectivas-, pues
su relación con el mundo exterior, es
decir, su oferta, se conecta con aque-
llas en nuestro recuerdo, ligándolas
simbólicamente a una experiencia
de vida. Desde este horizonte de
comprensión es posible atribuirle a
la imagen un papel fundamental en
la construcción de la identidad, ya
que es siempre mediadora del pen-
samiento, pues todo pensamiento
se basa en ellas. Así el carácter inter-
Lola Álvarez Bravo,
Anarquía arquitectónica de la Ciudad de México, ca.
1953, Museo Nacional de Arte, INBA.
Antonio Caballero,
Marilyn Monroe en el Hotel Hilton,
Ciudad de México, 22 de febrero de
1962, Museo Nacional de Arte, INBA. © Antonio Caballero
Habría que asumir
que las imágenes
proyectadas en los
medios fotográficos,
por su condición,
se transforman
cualitativamente,
incluso si sus temas son
inmunes al tiempo,ya
que implican un acto
de reconstrucción por
parte de los múltiples
receptores.