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abril
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2013
PUBLICACIONES
DE LAS MIL Y UNA VOCES
DE LAS CALAVERAS DE POSADA
»
RAFAEL BARAJAS (EL FISGÓN)
P
ocos creadores trascienden; algunos
gozan de cierta fama y reconocimiento
durante un periodo limitado (se ponen
y pasan demoda); pero inclusomuchos
de los escritores y artistas que en vida
reciben todo tipo de premios y recono-
cimientoshoyyacenenelmás completo
olvido y sólo un puñado ocupa un lugar
a perpetuidad en el Parnaso. El caso de
José Guadalupe Posada es totalmente
atípico. Él pertenece a un reducido gru-
po de artífices modestos que llega a ad-
quirir un prestigio que jamás pretendió
—y con el que jamás soñó. En1963, Luis
Cardoza y Aragón exclama: “cuánto se
divertiríaPosada leyendo los homenajes,
visitando sus exposiciones nacionales e
internacionales, alelado como el mago
de feria cuya suerte de ilusionista dejó
de ser apariencia”.
1
Las calaveras de Posada han sido
tema de grandes ensayos y se han con-
vertido en iconos del arte mexicano.
Sin embargo, en su origen, muchas de
estas calacas fueron simples caricatu-
ras de sátira social o política.
El casodel grabadormexicanoes atípico
hasta para la historia del arte. En su libro
Pintura contemporánea de México
, Car-
doza y Aragón escribió que "la crítica
de arte es la Venus de Milo llevando en
sus manos la cabeza de la Victoria de Sa-
motracia".
2
Esta afirmación parece una
puntada y una provocación, pero en-
cierra varias verdades; la crítica de arte
debe ser, ella misma, un trabajo creati-
vo, un arte, y como tal tiene mucho de
fantasía y de especulación. De hecho, la
crítica de arte está llena de imágenes tan
extrañas como la descrita por Cardoza.
Parafraseando al escritor guatemalteco,
podríamos decir que la historia de la
revaloración del arte de JoséGuadalupe
Posada es
Don Chepito Mariguano
aluci-
nando que
La Catrina
pasea de la mano
con el niño Diego Rivera en la Alameda
de la ciudad deMéxico.
Este ensayo revisa cómo unas imá-
genes que fueron concebidas como
simples caricaturas de coyuntura ter-
minaron por ser consideradas obras
maestras del arte universal. Para en-
tender este proceso, contrastaremos
L
a mitificación de la obra de Posada
está ligada a la vida del artista y a su
póstumo “redescubrimiento”.
Posada nace en Aguascalientes en
1852. En 1869, a la edad de 17 años,
ejecuta las caricaturas para
El Jicote
, un
pequeño periódico de combate que
apoya al candidato a gobernador que
es afín al bando porfirista. En 1872, se
instala en la ciudad de León Guanajua-
to, donde dirige una imprenta que hace
trabajos comerciales y además colabora
en periódicos locales haciendo dibujos
realistas, casi fotográficos. En la inunda-
ción de León de 1888, pierde su taller y
a varios seres queridos; a finales de ese
año, se instala en la ciudad de México.
En los años de 1889 y 1890, ilustra el
semanario
La Patria Ilustrada
de Irineo
Paz, donde practica el costumbrismo, la
gráfica anticlerical y las calaveras. Desde
1891 hasta su muerte en 1913, colabora
para el taller de Vanegas Arroyo, donde
ilustra hojas con noticias sensacionales,
temas de nota roja y calaveras. Desde
fines de 1892 hasta mediados de 1893,
hace caricaturas políticas e ilustraciones
para
Gil Blas
, un periódico que dirige
el editor Montes de Oca. Entre 1892 y
1895 trabaja para
El Fandango
y otros pe-
riódicos obreros de a centavo que dirige
AurelioReyes. De 1897 a 1911 colabora
en diversos periódicos de la prensa obre-
ra mutualista como
La Guacamaya, El
Diablito Rojo, La Palanca
y muchos más.
Cuando estalla la rebelión maderista,
Posada llama a los trabajadores a no su-
marse a la bola y, finalmente, en el mar-
co de las elecciones presidenciales de
1911, hace las caricaturas cotidianas de
Gil Blas
, que en ese momento funciona
como el portavoz del general Bernardo
Reyes y es, por lo tanto, antimaderista.
En su tiempo, el artista es ignorado
o menospreciado por la crítica y sus
colegas; su obra es vista como parte del
folklore; está tan integrado al paisaje cul-
tural popular que los críticos no reparan
en él. Lleva la vida de un artesano labo-
rioso; trabaja sin descanso en talleres
miserables, en barrios cada vez más pro-
letarios y el 20 de enero de 1913, muere
pobre, de una enfermedad de pobres.
En los años posteriores a su
muerte, aunque sus grabados siguen
{
OTROS LIBROS SOBRE POSADA
}
{
EL GRABADOR EN EL MUNAL
}
Posada y
Manilla artistas
del cuento
mexicano
Mercurio López
Casillas
Editorial RM
2013
Posada.
Monografía
Diego Rivera,
Mercurio López
Casillas
Editorial RM
2012
Posada y la prensa ilustrada: Signos de
modernización y resistencias
Pablo B. Miranda Quevedo, Beatriz Berndt
León Mariscal, Fausto Ramírez, Thomas
Gretton, Carlos Monsivais, Ricardo Pérez
Escamilla
Munal,
inba
1996
La muerte, el espejo que no te engaña
Mercurio López Casillas, Sara Gabriela Baz,
Gregory Dechant
Editorial RM/ Munal,
inba
2008
Jose Guadalupe
Posada: A 100
Años de su
partida
Helia Emma
Bonilla Reyna
Índice Editores
2012
Posada: mito
y mitote. La
caricatura
política de José
Guadalupe
Posada y Manuel
Alfonso Manilla
Rafael Barajas
“El Fisgón”
Fondo de Cultura
Económica
2009
1. Luis Cardoza y Aragón,
Posada
, UNAM, Colección de
Arte, 1963, p. 21.
2. Luis Cardoza y Aragón,
Pintura contemporánea de
México
, México, Era, 1974, p. 98.
3. Nicolás Rangel, en Xavier Moyssén (comp.),
La crítica de
arte en México, 1896-1921
, México, UNAM, 1999, p. 125.
CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN
JOSÉ GUADALUPE POSADA: TRANSMISOR
OFRECEMOSANUESTROS LECTORESUNFRAGMENTODEL ENSAYODE RAFAEL BARAJAS, QUE
APARECERÁENEL CATÁLOGODE LAEXPOSICIÓN
JOSÉGUADALUPE POSADA: TRANSMISOR.
OTROS
AUTORESQUE ESCRIBENENEL VOLUMENSONSARAGABRIEL BAZ, DENISEHELLION, FAUSTAGANTÚS
YADOLFOMANTILLAOSORNIO.
EL MOTÍN DE CALAVERAS
SE RESISTE AL CEMENTERIO.
SI SONMUERTOS DE A DE VERAS
¿POR QUÉ DARLES CAUTIVERIO?
CARLOS MONSIVÁIS
POSADA
,
UN CASO PARA
DONCHEPITOMARIGUANO
DEL CUCHITRIL AL PEDESTAL
el cómo han sido interpretadas estas
calaveras con lo que el grabador quiso
decir en su momento y pondremos
cada lectura en su contexto.
reimprimiéndose masivamente, prác-
ticamente nadie escribe sobre él. En
1917, con motivo del fallecimiento de
don Antonio Vanegas Arroyo, el críti-
co Nicolás Rangel publica en
Revista
de Revistas
un artículo que pondera las
virtudes del editor y menciona, muy
de pasada, a varios de los colaborado-
res de aquella imprenta popular:
El trabajo era abrumador. [Vanegas
Arroyo] necesitaba colaboradores
que se identificaran con sus ideas
y sus tendencias y los encontró,
durante el dilatado periodo de su
labor en don Manuel Romero pri-
mero que todos, y más tarde en
don Constancio Suárez.
Figuraron igualmente entre sus
colaboradores, Manuel Flores del
Campo, Francisco Zacar, el Chófo-
ro Ramón N. Franco […] y don Pa-
blo Calderón Becerra.
Poco tiempo antes de la desa-
parición de Vanegas Arroyo, murió
Guadalupe Posada, grabador único
en su género, pues nadie como él ha
tenido la percepción de lo caricatu-
resco del bajo pueblo de la capital.
3
En 1917, nada parece anunciar que
ese caricaturista del peladaje pudiera
llegar a ser considerado un artista de ta-
lla universal. Sin embargo, en la década
de 1920, los intelectuales del México
posrevolucionario revaloran su arte
y, a falta de información y de contexto,
lo reinventan al punto de ver en él a un
ideólogo y un precursor de la Revo-
lución Mexicana. Diego Rivera y José
Clemente Orozco lo señalan como su
mentor artístico; Leopoldo Méndez y
los artistas del Taller deGráfica Popular
(tgp) lo ven como el modelo del artista
proletario y revolucionario.
Una lectura contextualizada de la
obra de Posada revela que el grabador
sí era un artista proletario, pero no un
ideólogo, ni un precursor de la Revolu-
ción. De hecho, su trabajo como carica-
turista político en las décadas de 1890
y 1900 se inscribe dentro del consenso
liberal dominante de fines del siglo xix
que era, mayoritariamente, pro porfi-
rista. Finalmente, casi todas sus carica-
turas publicadas entre 1910 y 1913 son
antimaderistas y antizapatistas.
RM
publica un estudio de Mercurio
López Casillas sobre el trabajo de ilus-
tración de relatos dirigidos al público
infantil realizado por José Guadalupe
Posada y Manuel Manilla. El libro se
divide en capítulos que muestran la
variedad de cuentos y personajes que
constituyen el universo fantástico que
quedó plasmado en estos grabados
E
dición facsimilar del libro en el que
por primera vez se dio a conocer al
público la obra del grabador, origi-
nalmente publicado en 1930. En él,
se reproducen 400 grabados recopi-
lados por Pablo O'Higgins. El libro
incluye un ensayo de Diego Rivera
sobre Posada.
E
n el marco de la conmemoración de
los cien años de la muerte de Posada,
la investigadora revisa cuidadosamen-
te la obra de este grabador, aportan-
do nuevos datos respecto a algunos
aspectos controvertidos de su vida,
técnicas, colaboraciones y aportes a la
cultura visual en México.
R
afael Barajas estudia una faceta so-
bre la cual no se había profundizado
anteriormente respecto a la obra de
Posada y Manilla; es decir, su produc-
ción de imágenes políticas, sus colabo-
raciones con publicaciones de distinta
índole y perfil ideológico.
C
atálogo de la exposición homónima,
en el cual se exponen estudios sobre
diversos aspectos de la relación de Po-
sada con la prensa: desde las innova-
ciones técnicas de las cuales fue here-
dero, hasta el impacto social y político
de las notas que ilustró.
E
sta publicación se realizó en el marco
de la muestra homónima realizada en
el Munal. En ella, se estudian los diver-
sos modos en que la muerte ha sido
plasmada en los impresos y represen-
taciones visuales en México.