DOSSI ER
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2012
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EL PLACER Y EL ORDEN.
ORSAY EN EL MUNAL
A
partir de las colecciones
del Museo de Orsay, la
exposición El placer y el
orden
contempla como marco ge-
neral la instauración de la demo-
cracia republicana en Francia, así
como el afianzamiento de la cul-
tura burguesa durante la segunda
mitad del siglo
xix
y los comienzos
del
xx
. Orden y placer son dos no-
ciones que pueden compren-
derse como líneas de fuerza
en el surgimiento del espí-
ritu moderno.
Las prácticas del
orden y el placer
no son necesa-
riamente con-
tradictorias,
sino que
se en-
tra-
man y complementan en la vida
social. La exposición abordará
el traslado de las pulsiones más
diversas del placer a la consoli-
dación del orden. Como campo
de mediación de los poderes, el
orden es inteligible no sólo por
las instituciones fuertes de una
sociedad (el Estado, la Iglesia, la
escuela, la familia...) sino por los
márgenes de permisividad y el
régimen de las transgresiones, las
formas del ocio y la diversión de
una sociedad, y todos los goces
regulados y no regulados, paten-
tes también en los reflejos inverti-
dos de las prohibiciones, la censu-
ra y la represión.
EL MUSEO DE ORSAY,
UNA DE LAS INSTITUCIONES
CULTURALES MÁS IMPORTANTES
DE FRANCIA, TRAE A MÉXICO
LA EXPOSICIÓN
EL PLACER Y EL
ORDEN
. EN ELLA, LAS ASPIRACIONES Y
CONTRARIEDADES DE LA NACIÓN FRANCESA
SON GUÍAS PARA PENSAR LA REPRESENTACIÓN
PICTÓRICA POSROMÁNTICA, SIMBOLISTA,
IMPRESIONISTA, REALISTA Y ACADÉMICA. EL MUSEO
NACIONAL DE ARTE SE ENGALANA CON LOS PINCELES Y LAS
ESCULTURAS DE
RODIN
,
MONET
,
CÉZANNE
,
RENOIR
Y
GAUGUIN
,
ENTRE OTROS GRANDES MAESTROS DEL ARTE EUROPEO.
EL NO TAN
DISCRETO
ENCANTO DE
LA BURGUESÍA
En el orden republicano, el tra-
bajo artístico adquiere un nuevo
estatuto civil que se expresa en el
rejuego de las imágenes pictóricas
en cuanto imágenes sociales. La fi-
gura de Courbet en el contexto de
la Comuna de París, su acción políti-
ca y su amistad con Proudhon, dan
el timbre de la voluntad moderna
de hacer del arte y el artista agen-
tes del cambio. En términos gene-
rales, puede comprobarse que las
luchas de los años 1860, que dieron
nacimiento a la Tercera Repúbli-
ca, comprometieron a la llamada
“nueva pintura” contra la “pintura
oficial”, diferendo que al fin pon-
dría en crisis a la institución de
los Salones de Pintura y llevaría
al triunfo de la generación de los
pintores impresionistas (tradicio-
nalmente rechazados por esa ins-
titución). La agregación del placer
al orden (fenómeno rastreable en
Francia desde la cultura libertina
que en los siglos
xvii
y
xviii
se so-
metía a la monarquía pero la so-
cavó mediante su recurso al ateís-
mo y a la Ilustración) aportará una
cohesión social basada en las
libertades individuales, a la ins-
tauración del Estado republicano,
democrático y laico —nociones
características del orden en que
cristalizó la cultura moderna.
Jaime Moreno Villarreal
EN EL CORAZÓN DE LA CULTURA
BURGUESA SE MANTUVO LA IDEA
ROMÁNTICA DEL VIAJE EN BUSCA
DE UN REFUGIO DEL TRASIEGO
URBANO, QUE AMPARÓ EN
EL ARTE EL ENSUEÑO DE
MARCHARSE A UN
MUNDO ARMÓNICO
EN BUSCA DE
UNA VIDA
MEJOR.
EN TIEMPOS DE CRISIS POLÍTICAS
Y CONFLICTOS CIVILES, LAS
IMÁGENES PICTÓRICAS SE
CONCIBIERON COMO IMÁGENES
SOCIALES. LOS PINTORES
PONÍAN EN CUESTIÓN
LOS USOS Y LA
MORALIDAD DE
LA ÉPOCA.
LA CULTURA
MODERNA ES
URBANA. EN LA
CALLE EL INDIVIDUO
SE CONFUNDE CON
LA MULTITUD Y
PARTICIPA EN LOS
SUCESOS DE LA
VIDA PÚBLICA. LA
VIDA CALLEJERA
SERÁ EL ESCENARIO
DE DRAMAS
PERSONALES Y
SOCIALES QUE EL
ARTISTA REGISTRARÁ
CON LA NUEVA
CONCIENCIA DE
SER UN CRÍTICO DE
SU TIEMPO Y UN
INTERLOCUTOR DEL
PODER POLÍTICO.
Las aspiraciones y contra-
riedades de la nación francesa,
serán guías para pensar la repre-
sentación pictórica posromántica,
simbolista, impresionista, realista,
pero también académica y aún
pompier
, como amalgamas de pla-
cer y orden cuya recepción social
proveyó de sentido al mundo real y
al mundo posible en su momento,
tal como hoy se nos revela.
Considerando que el estable-
cimiento de México como nación
independiente en el
xix
arraigó en
los ideales de la Ilustración fran-
cesa, y que para nuestro país la
cultura francesa fue un referente
sustantivo durante ese siglo, a
partir de la vasta colección
pictórica, escultórica y
fotográfica del Museo
de Orsay se puede
definir una relación
temática de in-
terés para el
p ú b l i c o
m e x i -
cano.