Página 24 - 10_Septiembre

Versión de HTML Básico

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Núm. 8
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SEPT I EMBRE
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2012
Los talleres son principalmente para niños y jóvenes y ofrecen oportunidades para crear piezas que se
relacionan con las temporales.
1942
Núm. 7
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agosto
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2012
El 28 de septi mbre de 1966 murió n París, Francia,
A ré Breton,
líder d l surrealismo
i ternacional y que visitó México en 1938 para extender el movimiento artístico revolucionario.
66
M i r a . . . l e e
¿Hay algún martirio que viva el
artista en el proceso mismo de
crear?
Por supuesto. Puedo hablar de mi
caso en particular y no dudo que
sea el de muchos otros creadores.
Este proceso de la creación es un
tránsito; podría compararlo tal vez
con la gestación: cuando se está
gestando en el vientre este nuevo
ser, empiezan algunos problemas
acompañados también de la ilusión,
de la felicidad, de lo que espera, del
advenimiento y todo lo que uno se
puede generar en la mente acerca
de ese próximo ser. El artista cuando
crea, llega a una idea; pero, más que
una idea, es una idea afectada por
una necesidad que experimenta
aquí dentro, un grito desesperado
que no lo deja en paz mentalmente,
inclusive físicamente: hay una
necesidad de que ese ser salga,
ese ser quiere salir, ese ser quiere
respirar por su propia razón de que
quiere ser. Me estoy refiriendo a la
obra. Y cuando esa obra aparece
en el interior de uno, que quiere
salir al mundo, es donde empieza
el martirio: ¿cómo voy a sacar lo
intangible que hay dentro de mí, que
grita dentro de mí?, ¿cómo lo voy a
manifestar en una tercera dimensión
para que sea lo más aproximado a lo
que yo quiero, lo más fiel? Cuando
uno espera un hijo, espera que el
hijo esté completo, que esté perfecto.
La angustia por la obra bien acabada,
que esté bien compuesta, existe y es
un martirio para el creador.
Pero, después de la creación, ¿hasta
dónde más llega el martirio?
Y no termina ahí el asunto, porque
cuando uno logra acercarse a lo que
uno quería, ve el cuadro que te lleva
unos dos meses en el taller estar
trabajándolo; cuando eso está en los
últimos momentos de detalles, uno
está disfrutando de esa presencia
ya, de esa manifestación que se
hizo en la obra en este mundo, se
abrió una puerta de una dimensión
desconocida y se trajo y aparece ante
nuestros ojos aquello que en algún
momento solamente era un grito aquí
adentro…Y la angustia y el tormento
siguen porque, cuando se termina la
obra, muchas veces no hay tiempo
para que se quede con el artista: la
obra tiene que seguir su destino; sale
del taller y uno llega, ve ese hueco,
ese espacio donde estaba esa obra
tan deseada, tan querida, y hay una
depresión, hay un vacío, algo de mi
alma que se fue a cumplir su destino.
Sí, sí hay tormento en la creación,
pero claro que también hay un gozo,
un gozo tremendo que podría llamar
extático en el proceso de la gestación.
Los espectadores, cuando
llegamos a las obras, ¿estamos
condenados a mirarlas y
contemplarlas, o también podemos
leerlas?
No, creo que la obra plástica se lee
y se empieza a leer de izquierda a
derecha, hablando de plasticidad.
Una obra se lee por matemáticas: los
cuadros tienen entradas por donde
debe entrar el ojo y el pintor debe
de saber llamar la atención para que
tenga una entrada el cuadro y ver que
no haya salidas, que no se escapen
las miradas por diferentes rutas
matemáticas que tienen las piezas. Y
lo demás es una contemplación, una
contemplación que es sagrada; yo
diría que es como cuando uno va
al templo y contempla a la deidad,
cae uno en meditación. Las piezas
que tiene este Museo, muchas
de ellas son verdaderas deidades
espirituales, fuentes de energía y de
un alma intensa que todavía seguirá
irradiando su magia al espectador
que abra bien sus ojos.
E
n la sala 20 de la Exposición Per-
manente del Munal, al abrigo de
las obras que conforman un ambien-
te prehispánico a partir de escenas
indígenas y de la conquista española,
donde de junio a septiembre las lu-
ces y las esculturas de Demián Flo-
res intervienen el entorno estético y
museístico, el sábado 4 de agosto el
escritor Pablo Martínez Zárate hizo a
un lado su papel de difusor en jefe
del recinto y perfiló una voz resuelta
a reflexionar sobre el artista actual en
los últimos seis decenios, convencido
de que “los espacios museísticos hoy
en día se están abriendo a reinven-
tar la forma en que se acerca uno a
la obra de arte”, y viendo en ello un
rejuego fundamental a partir del cual
no sólo el sujeto que se acerca a las
obras de un museo modifica su per-
cepción histórica, sino que, cual espe-
jos, las obras le permiten una mirada
transformadora de sí mismo.
No alejada de este sentido, la
charla que brindó una semana des-
pués la fotógrafa Cecilia Morales de
frente a la obra
El suplicio de Cuau-
htémoc
, de Leandro Izaguirre, abrió
las múltiples ventanas de lo visual (el
lente fotográfico, el cinematográfico,
el plástico) para ahondar en los sig-
nificados de lo indígena como icono
y como retrato. Suplicio, martirio,
tortura desde un rostro que es un
par de ojos, pero también dos pies,
un camino de senderos y de histo-
rias, de legados y de símbolos sigue
vigente recorriendo y mirando, avan-
zando a ciegas por momentos y en
ocasiones descalzo tras una pregunta
que nos sigue a todos los vivos en la
piel y en las pisadas: ¿qué es la mexi-
canidad?, ¿qué es lo mexicano en mí?
Y así, esta pregunta que inició
con Félix Parra y Demián Flores en
la reflexión de Pablo Martínez Zárate
se cerró en cierta forma en la sala
23 el último sábado de agosto, ante
los cuadros de Ernesto Icaza que en-
cuadran el tema de la tradición de
charros. El historiador del arte Víc-
tor Rodríguez Rangel abrió el telón
de esa iconología tan arraigada en
la imaginería popular, haciendo en
el espectador, más que un recorrido
por el aire de las haciendas y el am-
biente rústico, una inmersión por los
elementos que configuran aquello
que de pronto se volvió “lo mexi-
cano” desde la alegoría centaura de
un caballo, un jinete, una soga y un
sombrero al aire.
Finalmente, el broche de oro del
domingo 26 del mes tuvo lugar en
una edición especial del programa
en la sala 22, un maratón de cerca
de cinco horas continuas homena-
jeando a José María Velasco en el
centenario de su muerte: muestra de
video documental realizado por An-
drés Reséndiz y María-Christine Ca-
mus en una
Memoria del Valle
tras
las huellas del paisajista; charla de
pintor a pintor de la voz de Ricardo
Amezcua, develándonos un paseo
que giró de la naturaleza viva a los
trazos del artista del
xix
; reflexión
ecopoética y ecoestética de parte
de Fernando Corona, en un asomo
de más de un siglo a la región más/
menos transparente del aire; plática
al respecto de una apropiación de
legado arqueológico en Velasco por
parte justamente de Víctor Rodríguez
Rangel; presentación de la interven-
ción en sala
Trayectoria del conoci-
miento
, del artista plástica Alejandro
Pintado; y, finalmente, la exposición
del historiador del arte al respecto
de su libro
Después de Velasco: trans-
formaciones del paisaje.
Jornada in-
tensa, visiones de ópticas diversas y
un México revisitado y redivivo con
todo un esplendor que se manifiesta
en espejismo.
Entrevista por
F
ernando
C
orona
Reseña
Mira...lee
agosto 2012
Elmartirio
del creador
Las múltiples ventanas
de lo visual
Entrevista al pintor Héctor Anaya, en el marco de la charla sobre
“Martirologio”. Programa Mira… Lee, 10 de marzo de 2012.
CONTINÚAEL
programa
Voces al
viento
El recital dramatizado “La plu-
ma del barroco”, con lo más
representativo de los poetas
españoles y novohispanos, pro-
siguió en la sala 12 el programa
literario que se propone habitar
con la palabra y la teatralidad
las obras exhibidas en la Expo-
sición Permanente. El domingo
12 de agosto, los actores Joan-
ydka Mariel y Gerardo Vázquez
dieron vida al verso y al atuendo
entrando en las pinturas y en
la sensibilidad del ambiente
virreinal.
PRÓXIMO RECITAL:
DOMINGO 9 DE
SEPTIEMBRE,
POESÍA
NACIONALISTA,
SALA 22 (ENTRADA
GRATUITA).
Foto tomada del blog del artista.
A lomejor
soy el sueño
de un dios, a
lomejor soy
la pintura de
algún artista,
a lomejor soy
el pensamiento
efímero de
algún poeta.
Lo que yo he
soñado, lo
que yo he
sido…, soy tan
efímero como
una obra de
teatro, soy tan
efímero como
una pluma,
la
vidaessueño.
Mientras el
hombre esté,
seguirá siendo
un sueño.
J
oanydka
M
ariel