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Núm. 8
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SEPT I EMBRE
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2012
1929
El 26 de septiembre de 1929 nació en la Ciudad de México
Alberto Gironella
, relacionado con el
surrealismo mexicano y español, amigo cercano de Luis Buñuel.
p e r s o n a j e d e l m e s
N
o cabe duda que las bodegas
del Museo contienen obras
maravillosas que por motivos de
espacialidad no se encuentran en
el recorrido permanente, pero que
por ello no se demeritan sus valo-
res, que tienen en el
Periódico Mu-
El mandatario nació un 15 de
septiembre de 1830; treinta y seis
años después protagonizó la Batalla
de Miahuatlán. Aquí lo recordamos
con un cuadro del acervo del Munal
que rememora dicho conflicto bélico,
en el que se derrotó al ejército francés
del Segundo Imperio Mexicano.
justificación para abordarlo aquí es
que nació en septiembre, el día 15
de 1830. El primero “héroe” de las
causas republicanas y después “ti-
rano” de la dictadura -las paradojas
de la Historia Patria-, fue originario
de Oaxaca de Juárez y fue un desta-
cado militar antes de encumbrarse
a la presidencia a través del Plan
de Tuxtepec en 1876, asonada con-
tra el presidente Sebastián Lerdo
de Tejada que pretendía reelegir-
se. Otra paradoja de la historia de
México indica que Díaz y su gente
derrocó a Lerdo por descontentos
entre los que estaba su postura re-
eleccionista; más tarde, el propio
Díaz se reeligió en seis ocasiones
(fue presidente de 1877 a 1880 y
se subió a la silla presidencial de
nuevo en los periodos 1884-1888,
1888-1892, 1892-1896, 1896-1900,
1900-1904 y 1904-1911).
Muchas cosas tangibles e intan-
gibles dejó el porfiriato en la vida
de México, simplemente el edificio
sede del Munal, el antiguo palacio
de Comunicaciones y Obras Públi-
cas, es producto de aquella admi-
nistración. Pero uno de los legados
más curiosos de don Porfirio, re-
lativos a las celebraciones patrias,
fue haber cambiado el protocolo
de la fiesta nacional por excelencia
del 16 de septiembre, cuando muy
temprano el cura Hidalgo inició la
sublevación insurgente de 1810, al
15 de septiembre a las once de la
noche -como hasta hoy se acostum-
bra-, y que es la fecha y hora del
nacimientos de Díaz. Esto fue uno
de sus grandes caprichos, ya que él
en vida se sentía un prohombre de
la patria. Asumió su linaje, “modes-
tamente”, como prócer de México
en la línea de Cuauhtémoc, Hidal-
go y Juárez.
En su juventud, brillan las ac-
tuaciones de Díaz como general li-
beral en la derrota de los conserva-
dores, la expulsión de los franceses
y el fusilamiento de Maximiliano
entre 1862 y 1867. En el año del
1866 encabezó el asedio y derro-
ta de los franceses en Oaxaca, y
la batalla de Miahuatlán del 3 de
octubre es de las más recordadas,
como en esta excepcional pintura
del género militar que realizó con
austeridad de tonos -a manera de
dibujo o grisalla- P. Ruiz.
¿Quien fue Ruiz? Poco se sabe
de él. En primer lugar la investiga-
dora Esther Acevedo planteó que
la obra no es de Santiago Hernán-
dez, el reconocido dibujante de
La Orquesta
, como la registra el
INBA por una inscripción a mano
en el reverso, sino de Ruiz, ilus-
trador de impresos litográficos y
cromolitográficos para, entre otras
publicaciones, aquellas que desta-
caron las glorias del general Díaz
cuando este ya era dictador, como
en
Apuntes históricos de la carrera
militar del señor general Porfirio
Díaz, presidente de la República
Mexicana
, de 1889. En esta publi-
cación aparece la estampa idéntica
a la pintura del Munal.
Sobre la lectura de la composi-
ción, en dinámica cabalgata el bata-
llón de Díaz (cuerudos chinacos de
la tropa informal) aplasta a buena
parte de la fuerza de 2 mil hom-
bres del general Oronoz, sólo con
la mitad de soldados. Díaz se valió
de sus artimañas, de sus cualida-
des militares y del conocimiento de
la geografía. Una diagonal divide
una lucha personal a la derecha en
la que un republicano vence a un
imperialista en un entorno apaga-
do, mientras que a la izquierda, el
hábil artista recrea el vertiginoso
río de jinetes que va aplastando
al enemigo y se dirigen a galope
hacia el extremo medio derecho de
la superficie pictórica, flanqueado
este vendaval de caballistas por los
paredones de adobe del modesto
pueblo del municipio indígena de
Miahuatlán.
nal
un órgano difusor. Es el caso
de esta obra en la que el general
Porfirio Díaz a caballo, siete veces
presidente de la República Mexi-
cana, arenga en la acción bélica a
sus tropas de “chinacos” del Ejerci-
to republicano de Oriente. Con un
semblante heroico y al centro de la
obra, Díaz es inmortalizado en esta
pintura que lo vanagloria como
vencedor en la batalla de Miahuat-
lán del 3 octubre de 1866, misma
en la que derrotó al ejército francés
del Segundo Imperio Mexicano.
De Porfirio Díaz pueden escri-
birse decenas de páginas, pero la
P. RUIZ
La batalla de
Miahuatlán, 3
de octubre de
1866