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Núm. 5
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junio
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2012
El 7 de junio de 1939 nació en Londres, Inglaterra,
Brian Nissen
, creador de obras de un fino dibujo y
uso del color, con cierta influencia del pop art y del surrealismo abstracto. Es protagonista de la novela
El México de Egerton,
de Mario Moya Palencia.
1939
M i r a . . . l e e
Estamos en el Museo Nacional de
Arte con el privilegio de contar con
el maestro Emmanuel Carballo, a
quien agradecemos que haya acep-
tado esta invitación...
Sí, pues yo estoy feliz. Yo soy
entusiasta de todo lo que sea
recopilar ya sean libros, documentos,
pinturas, esculturas, losa vidriada…
No soy coleccionista más que de
libros, pero me gusta todo; y esta
sala, sobre todo este piso, me gusta
mucho. Tenemos atrás de donde
estamos sentados dos cuadros
muy importantes: uno de Diego
Rivera, que es un retrato de Adolfo
Best Maugard; y éste otro es un
Best Maugard visto por sí mismo,
es un autorretrato. Además, Best
Maugard era un hombre cercano
a los dos metros, flaco, muy bien
vestido, casi en los huesos; en los
dos se ve muy bien vestido. Era un
dandy, un árbitro de la elegancia. Y,
sin embargo, se dedicó a hacer el
bien, por ejemplo en la enseñanza
de la pintura. Hizo un método para
dibujar, en esa época de Vasconcelos,
el nacionalismo, cuando la
Revolución deja de tirar balas y se
pone a usar las ideas y hacer cosas.
Y Best Maugard hizo un manual para
hacer pintura y se editó muchísimo.
¿Cómo podemos relacionar la
literatura con la pintura?
Yo creo que en pintura podríamos
hablar de los famosos tres grandes:
Orozco, Siqueiros y Rivera; pero es
más fácil para la gente no cultiva-
da leer una pintura que leer un li-
bro. Los tres grandes de la literatura
mexicana de esa época son Alfonso
Reyes, Martín Luis Guzmán y José
Vasconcelos, y realmente no sabes
a quién irle, si a la pictórica o a la
literaria. Ahora, ese momento inte-
graría el arte mexicano: la música
está también, la ebanistería, las artes
plásticas, las artes menores… El país
está en efervescencia, acabamos de
salir de un movimiento armado, la
Revolución. Años más tarde sale otro
poeta extraordinario: López Velarde,
y en artes plásticas un amigo suyo:
Saturnino Herrán. Y así, si nos pone-
mos a ver, encontramos en literatura
y en artes plásticas la corresponden-
cia; más que buscar la diferencia,
buscar las correspondencias: los
movimientos, las escuelas, las retó-
ricas, los grupos se dan, son. Ahora,
Saturnino Herrán y López Velarde
eran amigos desde la adolescencia,
platicaban sus cuitas amorosas, sus
lecturas, sus experiencias artísticas,
sus dibujos, acuarelas, sus óleos,
hasta que se encontraron. Imagína-
te el Ateneo de la Juventud: yo ya
mencioné a Reyes, a Vasconcelos y
a Guzmán, pero me falta Julio To-
rri, que es un prodigioso estilista de
textos breves; se adelanta a Borges
en ciertas cosas. Un hombre tímido,
andaba en bicicleta por la colonia
Cuauhtémoc, iba a comprar el pan y
de paso a chulear a las criadas que
iban a hacer lo mismo en las pana-
derías y en los tendajones.
¿Podría decirnos algo de la
diferencia entre el ojo que retrata
desde la pintura y el ojo que retrata
desde la literatura?
Están, por ejemplo, los espíritus del
Estridentismo y de los Contemporá-
neos, dos grupos que sexualmente
eran diferentes: los homosexuales
estaban en los Contemporáneos y
los heterosexuales en los estriden-
tistas. El genio estaba con los Con-
temporáneos y las ganas de hacer
cosas; un poco de talento estaba
detrás de los estridentistas. Ustedes
mismos colocan los cuadros que les
gustaban más a los Contemporáneos
de este grupo del que vamos a ha-
blar esta noche, y en una pared sin
mucha importancia un solo cuadro,
y no de Manuel Maples Arce, Arque-
les Vela, alguno de los estridentistas
famosos, sino un poco todos están
chiquitos, así como fotografías de
pasaporte, en un solo cuadro cubista.
Ellos tratan de acabar con todas las
cosas comunes y corrientes: hablar
de los aviones, las máquinas, rom-
pían totalmente con el mundo, con
las herencias del siglo XIX, y entra-
ron a seguir a Marinetti y a esas gen-
tes; pero desgraciadamente tenían
muy buenas ideas, pero no tenían
talento suficiente para ponerlas en
práctica. Hubo muchos pleitos entre
Novo, por ejemplo –era un hombre
de una agudeza verdaderamente no-
table: sus epigramas…; bueno, todos
ellos eran magníficos: Elías Nandino,
que está pegadito a Novo, era tan
lengua rayada como Salvador (don
Salvador, como le decían los otros).
Hay un libro mío que yo recomien-
do, se llama Protagonistas de la lite-
ratura mexicana, es un libro clásico
de historiografía mexicana: oyes la
voz de Reyes, de Vasconcelos, de An-
tonio Caso, de Julio Torri, de Octavio
Paz, de Agustín Yáñez, de todos los
grandes, de Revueltas, de toda una
serie de gentes importantes.
¿Cuál es ahora la labor de Emmanu-
el Carballo como crítico?
Bueno, mira, yo ya por mi edad –
tengo ochenta años, empecé a
estudiar a los diecinueve, trabajé
durante sesenta años en los
periódicos, en las revistas– ahora de
vez en cuando doy una conferencia
como ahora que voy a estar con
ustedes; dos, tres, cuatro artículos,
ya no grandes ensayos, en revistas
de instituciones serias, como la
Revista de la Universidad de México,
la revista de la Biblioteca José
Vasconcelos, y otras revistas, pero ya
estoy dedicado a mi persona; ya hice
y deshice, ahora voy a encontrarme a
mí mismo y a las gentes que conocí.
“L
a Palabra no cabe en las pa-
labras, que sólo son tales en
ella; ni el ser cabe en los entes, ni el
todo en los todos”. Con esta cita del
sacerdote jesuita Roberto Cruz (†),
quien fuera decisivo en la vida de
la pintora Una Sampere, esta artis-
ta formada en medios audiovisuales
por la Universidad Iberoamericana,
así como en retrato figurativo en
Londres, cerró su participación en el
programa
Mira… lee
, que llevó a los
circunstantes los sábados 12, 19 y 26
de mayo a las salas 9, 10 y 11 de la
Colección Permanente, para abordar
las temáticas respectivas de “Ignacio
de Loyola y la Compañía de Jesús”,
“La crucifixión” y “El divino corazón”.
Una Sampere, quien ha partici-
pado en varias exposiciones colecti-
vas en México y el extranjero (como
la Galería ESART de Barcelona), se
refirió a la vida y la obra de Ignacio
de Loyola, fundador de la Compañía
de Jesús, comentando brevemente
la llegada a México de la Orden y
centrándose en la producción pictó-
rica que se fomenta entre los siglos
xvi y xviii, encaminada a decorar y
evangelizar por medio de mensajes
de fe plasmados que buscan trans-
mitir sucesos y conectar a los espec-
tadores con Dios. Todo ello sin dejar
de subrayar los aportes y los rasgos
esenciales de las obras de Diego de
Mendoza, Miguel Cabrera, Joaquín
Villegas y Juan Francisco de Aguilera,
que exhibe la sala 9.
Por su parte, el poeta chiapane-
co Balam Rodrigo, quien en julio de
2010 inaugurara este programa dedi-
cado en principio a la interacción de
jóvenes poetas con las obras plásti-
cas del museo, enmarcó una profun-
da charla al centro de los diferentes
Cristos presentes en la sala 10 al
respecto del significado de la figura
de Jesús de Nazareth en la cruz y la
motivación que la misma ha tenido
para la producción poética de distin-
tas plumas en la historia de la lite-
ratura (como Federico García Lorca
y Jorge Luis Borges). Mediante una
alternancia de análisis y lectura de
poemas, Balam Rodrigo, quien ha
sido galardonado por numerosos
premios nacionales y quien ha sido
becario por el Conaculta, recorrió
cuadro a cuadro detectando los as-
pectos más reveladores de la huma-
nidad sufriente del personaje bíblico
del Nuevo Testamento, así como su
trascendencia en el discurso religio-
so y social de México.
Finalmente, la escritora Jade Cas-
tellanos, formada en el Diplomado
en Creación Literaria de Casa Lamm
y con Maestría en Literatura Latinoa-
mericana Contemporánea, dejó sentir
en la sala 11, al abrigo de las obras
El Corazón de Jesús
y
El Corazón de
María
de Juan Patricio Morlete, cómo
palpita y late el reflejo de lo divino
eternal frente a lo efímero que es par-
te de estar vivos, “pero que también
es lo que se manifiesta como aquello
que contiene algo de eterno”. Jade
leyó poesía de sus poemarios Del
arte de lo efímero, Luz Nahual, Ris-
corso y Del tiempo rojo, acompañada
por la cantante de música prehispáni-
ca Muluk, generando una alternancia
de poemas y canciones alusivos al
mundo prehispánico.
Entrevista por
Fernando Corona
Reseña Mira...lee mayo 2012
Once pintores
y una musa
Fulgor sagrado:
esencia,
signo e imagen en el arte virreinal
Conversación co el escritor Emmanuel Carballo a partir de
la Colección Permanente Jueves de Arte y Literatura
La pintura, testimonio visual que
trasciende fronteras y hermana
a los hombres de manera
insospechada… El legado
de la Compañía, unificador y
enaltecedor, siempre con el
propósito de ser para la mayor
Gloria de Dios… A su paso,
la Compañía educó, propagó la
fe católica e invitó a las personas
a la introspección para fomentar
un auto conocimiento que
provocara una nueva libertad de
ser. Me interesa el tema de la
introspección y de la producción
de mensajes, que como pintora
salen de mí... ¿Podremos
descubrirnos por medio de una
imagen inspirada y plasmada
por un Tú?
Una Sampere
Emmanuel Carballo, uno de los críticos literarios más importantes de México.