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Núm. 1
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febrero
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2012
1894
17 de febrero. Nació en Real de Catorce, San Luis Potosí,
Guillermo Ruiz
, escultor formado en la
AcademiaNacional de Bellas Artes; es fundador de la Escuela Libre de Escultura y Talla Directa.
Unade sus obras reconocidas es
Pureza
, que representa el retrato de Antonieta Rivas Mercado.
L
a fascinación que produjo Pablo
Picasso en el mundo tiene en Die-
go Rivera uno de sus más impor-
tantes exponentes. El guanajuatense,
durante su viaje a París (1907) concibió
una nueva manera de pintar, a partir
del influjo del post impresionismo y el
cubismo. El periodo en el que Rivera de-
dica sus pinceles al cubismo abarca de
1913 a finales de 1917 y comprende unas
doscientas obras de las que se conservan
alrededor de 150. Aunque más tarde,
iniciados los años veinte, reniega del
cubismo calificándolo de decadente y
burgués, no hay duda de que el trayecto
recorrido por el muralista hasta alcanzar
el estilo que le es característico y le ha
valido reconocimiento mundial, abreva
del cubismo y del propio Picasso, hasta
convertir al pintor mexicano en aquel
“colibrí gigantesco” que inyectaba colores en los muros grises de la ciudad (al decir del
poeta Salvador Novo).
Rivera recuerda su encuentro con Pablo Picasso ocurrido una mañana en la que el
pintor chileno Ortiz de Zárate lo visitó con un recado del español “Picasso me envía a decir-
te que si no vas a verlo él vendrá a verte.”
Fui intensamente emocionado –dice Rivera– a conocerlo (…) en su estudio. La
entrevista resultó maravillosa. El estudio estaba lleno de sus vivificantes te-
las… En cuanto al hombre mismo… parecía estar rodeado de una atmósfera
luminosa. Mis amigos y yo [Fujita y Kavashima] estuvimos absortos durante
horas, mirando sus pinturas…nos permitió ver sus más íntimos cuadernos de
apuntes… Picasso me invitó a almorzar; después fue conmigo a mi estudio.
Allí me dijo que deseaba ver todo lo que yo había pintado, desde lo
primero hasta lo más reciente. Había terminado mi pintura
Marinero comiendo
y bebiendo
y varias más que me gustaban: un segundo retrato de Adolfo Best
titulado
El hombre con la estilográfica
y las naturalezas muertas
Balalaika
y
Botella de
anís español
…
Después de mostrarle a Picasso estas pinturas comimos juntos, y práctica-
mente pasamos charlando toda la noche (sobre) cubismo –lo que éste trataba
de lograr, lo que había logrado ya, su porvenir como forma de arte “nueva”.
E X P O S I C I O N E S t e m p o r a l e s
P
icasso, multicitado, éxito
de las subastas, recorda-
do por obras desgarrado-
ras e insignes como
El Guernica
,
visita el Museo Nacional de Arte
y se ubica codo a codo con artis-
tas como José Clemente Orozco,
por ejemplo.
Desde luego, la propues-
ta curatorial, desarrollada por
el antiguo director del Palacio
de la Calcografía, Juan Carrete
Parrondo, no atisbó nunca se-
mejante cosa: el museo se tomó
este atrevimiento. Sin vulne-
rar el planteamiento de Carre-
te, tratamos de dar un sentido
distinto a la presencia del ma-
lagueño entre los nuestros: es
por ello que el área de Comu-
nicación Educativa se abocó a
programar, junto con el Centro
de Información del Museo, un
recorrido que relaciona las
aportacionesde Picasso con algunas de las carac-
terísticas de la plástica de nuestros pintores.
Al finalizar su tránsito, el visitante se topa-
rá cara a cara con tres series de obras, realizadas a
lo largo de toda la primera mitad del siglo XX, en
las cuales advertirá que algunos trazos, temas o
impulsos picassianos resuenan en el arte mexica-
no. La exposición estará abierta al público hasta el
5 de febrero.
DIEGO RIVERA
y picasso
PICASSO
cara a cara
De sobra conocido, el nombre de Pablo Ruiz
Picasso, artista malagueño, descuella en la
historiografía del arte mundial por sus múltiples
aportaciones, sobre todo, por el hito que su
experimentación con el arte africano y con el
desdoblamiento de planos implicó para las
vanguardias artísticas del siglo XX.
Nuestro siglo es el de Diego Rivera. En sus
increíbles setenta años cabe nuestra historia,
vuelta en sus manos pequeñas, raza, grito, color,
pasión y dulzura... Qué orgullo haber convivido
en su tiempo, haberle conocido apenas ayer,
aéreo como un colibrí gigantesco y contradictorio
que inyectaba colores en los muros grises hasta
hacerlos florecer.
Salvador Novo
Pablo Picasso,
El collar (Caja de remordimientos
,.
1922/23.
Colección Bancaja.
Pablo Picasso,
Cabeza de Marie – Thérèse (Caja de
remordimientos
), 1933.
Colección Bancaja
Diego Rivera,
Paisaje zapatista
, 1915.
Museo Nacional de Arte, INBA.
Picasso series:
C
aja de remordimientos, Retrato de familia y Fumadores comprende 63 piezas, a saber, litografías y grabados que for-
man parte de tres suites elaboradas por el pintor malagueño. Estas series constituyen diversos momentos en la produc-
ción plástica de Picasso y una oportunidad para el público mexicano de conocer el desarrollo de la línea y del concepto
del color en su obra tardía. La muestra está vinculada al acervo del Museo Nacional de Arte, pues parte de un ejercicio de in-
terpretación de convenciones plásticas compartidas entre obras selectas de artistas mexicanos y obras de Picasso. El visitante
podrá recorrer las salas dedicadas al siglo xx de la colección del Munal y encontrar relaciones con la obra de Picasso.
Caja de remordimientos
Retrato de familia
Los fumadores
La muestra permanece hasta el
5 de febrero de 2012