Página 30 - 01_Parodi

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Saúl E s par z a
José María Labastida, Gabriel Guerra, Arnulfo Domínguez Bello, Epitacio
Calvo y Agustín Franco, exponentes de reconocimiento histórico en el ám-
bito nacional, corresponde la autoría de las piezas en mármoles y yesos
cuyas dimensiones oscilan entre cuarenta centímetros y dos metros. Las
obras representan modelos claramente identificables dentro de la práctica
más típica del arte tridimensional, correspondiendo, de entrada, con el
frecuente gusto de Parodi por tomar como punto de partida productos de
cualidades académicas.
Sin dejar de lado la noción de que la escultura como modelo es un
ejercicio de sobra conocido por cualquiera que alguna vez se haya intere-
sado medianamente por el arte, y después de la somera observación que
ha sido expuesta acerca del proceder del artista como un reciclador de
imágenes, el interés apunta en dirección de reconocer las particularidades
de su accionar ante la empresa autoimpuesta, así como sus intenciones y
resultados. En definitiva, las abundantes y variadas cualidades del cuerpo
de esculturas guardan el poder de despertar múltiples lecturas e interpre-
taciones, por lo que es hora de identificar hacia dónde han conducido los
cuestionamientos personales de Parodi como intérprete, cómo han sido
puestos en práctica para la generación de su propio arte y qué es lo que
revelan al haber sido convertidos en pintura.
El inicio del proyecto, su planteamiento previo a toda ejecución plástica,
revela en su descripción la aparentemente ambigua intención de “apropiarse
de la escultura como
un objeto que ha sido
rescatado
”. ¿Qué justifica tomar como punto
de partida la determinación de realizar algo
(lo que sea que signifique “apropiarse”) fun­
damentándose en la interpretación de obras
de arte como tal cosa? ¿Se ha cometido algún
rescate de antemano? ¿De dónde?, ¿del pasa-
do? Tal vez de la propia condición de cada
pieza, que limita cada una a su propia y cono-
cida identidad.
El planteamiento inaugural del cometido
de Parodi no culmina con la formulación del
apropiamiento; tras conseguirlo, el paso que
seguiría de acuerdo con el plan, se expresa
como la idea de “relacionarlo con
su
sentir
expresivo, así como con los efectos de
la ac-
ción del artista
sobre
su
propia obra” (las cur-
sivas son mías). El fin latente en tal aseveración
cat. 17
 José María Labastida,
Alegoría de la
constitución de 1824
, 1832