Página 17 - El placer y el orden. Orsay en el Munal

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El Instituto Nacional de Bellas Artes da a conocer en el extranjero la obra de
los creadores mexicanos. Se esfuerza asimismo por traer a nuestros públicos las expresiones
artísticas más sobresalientes de otros países.
Dicha labor se realiza con el convencimiento de que un diálogo de esta naturaleza
además de beneficiarnos mutuamente en cuanto a las funciones de difusión que desempe-
ñamos pone a nuestro pueblo en contacto con otros, siempre con miras a un conocimiento
mayor y una mejor comprensión. Esta vez corresponde al Museo Nacional de Arte exhibir
piezas provenientes de los muy valiosos fondos artísticos del Museo de Orsay. Como se
sabe, el Museo de Orsay, uno de los más importantes del mundo, tiene la encomienda de
difundir todas las manifestaciones plásticas del periodo comprendido entre los años de
1848
y
1914
. De esta suerte, el Munal, con el apoyo del curador Jaime Moreno Villarreal, ha
podido darle forma a una visión muy completa de las obras que se produjeron durante el
desarrollo de la Tercera República francesa, instaurada en
187
0
. Una época en la que se gesta
mucha de la modernidad que configuró el llamado “espíritu del tiempo”.
La exposición se sitúa entre los conceptos del placer y el orden que —siempre en
tensión— originaron usos, ideas y propósitos que dieron carácter a la sociedad francesa
de la época, y que, dado el poderoso influjo de ésta, se extendieron a muchas otras nacio-
nes. Para la representación del placer y el orden se ha echado mano de obras de Paul
Cézanne, Édouard Manet, Henri de Toulouse-Lautrec, Georges Seurat, Henri Fantin-
Latour, Auguste Renoir, Claude Monet y Pierre Bonnard, entre otros creadores. Un vínculo
de índole aún más documental, entre ambos conceptos, es el que se establece con fotogra-
fías del célebre Félix Nadar y otros artistas de la cámara, varios de ellos anónimos. Los
ensayos del catálogo memoria y continuación de
El placer y el orden. Orsay en el Munal
informan a la vez que invitan al lector a reflexionar sobre tan importante periodo en la vida
de Francia y, obviamente, sobre sus artes plásticas.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arte expresan su agra-
decimiento a Guy Cogeval, presidente del Museo de Orsay, por su interés y su generosa
ayuda para que esta exposición se llevara a cabo.
Teresa Vicencio Álvarez
Directora general
Instituto Nacional de Bellas Artes
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