01 de Sep 1984 - 31 de Oct 1984
El pintor Roberto Montenegro fue figura importante en la gestación del movimiento mural y uno de los más eximios representantes de la pintura de caballete de la Escuela Mexicana. Hombre de fina sensibilidad, se sintió atraído por las principales poéticas contemporáneas cuyo arranque, a la vuelta del siglo, se significó por la asimilación del simbolismo tal y como éste se manifiesta en la pintura francesa y en las ilustraciones del Yellow Book.
En la Revista Moderna tuvo puntos de convergencia con Julio Ruelas sin que existan similitudes formales entre uno y otro. Montenegro dejó el país durante la Revolución de 1910, para volver hasta 1919 en que se dedicó a realizar una gran revaloración del arte popular, afán que comparte con Jorge Enciso. Su interés por esta modalidad artística permite que ciertos motivos tomados de la artesanía, de la máscara o del juguete popular encuentren cabida en sus insólitas composiciones que reflejan especial disposición para combinar elementos discordantes.
Después de la muerte de Roberto Montenegro, acaecida en 1968, el Instituto Nacional de Bellas Artes organizó una pequeña muestra retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Moderno, y un año más tarde la Academia de Artes, a la que Montenegro pertenecía como socio fundador, le organizó una exposición-homenaje. Desde entonces hasta octubre de 1984 no se había reunido un conjunto importante de obras de este pintor. De aquí la importancia de la exposición que se presentó en el Museo Regional de Guadalajara del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con el auspicio y coordinación de Fomento Cultural Banamex y finalmente en el Museo Nacional de Arte donde la exposición se tituló con el mismo nombre del artista: Roberto Montenegro, 1887-1968 y fue expuesta en el museo de septiembre a octubre de 1984.