01 de May 1985 - 30 de Jun 1985
En mayo de 1985, con Ignacio Asúnsolo, escultor. 1890-1965. Exposición antológica se abrió una puerta a la revisión del problema radical de cómo debía ser una escultura mexicana que respondiera a las exigencias de nuestro incipiente nacionalismo, a la visión que el país habría de ir teniendo de sí mismo en cuanto a trabajo a realizar, en cuanto a futuro. Por el hecho del proyecto sociopolítico en que se insertó el trabajo de Asúnsolo, un proyecto de Estado, abrió, como tantos otros artistas, como la misma Escuela Mexicana de Pintura, la problemática de la situación del artista plástico, no tanto frente al Estado en general, sino al Estado mexicano en concreto. Asúnsolo ofreció la oportunidad de abordarlo muy directamente, teniendo presente que, siguió de cerca la curva histórica de los gobiernos posrevolucionarios.
El pensamiento moderno sobre América Latina, donde se integra el de México, procedió a esta asimilación de hechos que antes parecían no pertinentes o colaterales a un pensamiento latinoamericano actualizado, por no decir revolucionario, pero que resultan esenciales para la comprensión de nosotros mismos y para integrar un humanismo cuyos contornos empezamos a advertir. Por estas razones, y por el valor intrínseco de la obra de Asúnsolo, por su calor, su amor a la vida, su compasión, su profunda solidaridad con los seres humanos, el Museo Nacional de Arte presentó con orgullo esta exposición.