No sólo fue alumno y maestro de la Academia, sino también dibujante del Museo Nacional y miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, de la que eventualmente llegó a ser Presidente. Así, el Homenaje Nacional José María Velasco (1840-1912) que el Estado Mexicano rinde a José María Velasco a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Bellas Artes, planteó como objetivo fundamental propiciar una lectura e interpretación actualizadas de la paisajística velasquiana, la exposición permaneció de julio a octubre de 1993.
Sin duda, ofrecer al público una selección sobresaliente de oleos, acuarelas y dibujos de José María Velasco, significó también la generosidad de coleccionistas particulares que facilitaron temporalmente su obra a este recinto, con el fin de procurar una visión panorámica del quehacer del artista. A ellos, y a todas las instituciones nacionales y extranjeras que coadyuvaron a conjuntar la retrospectiva, expresó el Museo Nacional de Arte su profundo agradecimiento.
">01 de Jul 1993 - 30 de Nov 1993
En su tiempo, Velasco fue punta de lanza para consolidar el ascenso del paisaje dentro de la jerarquía de asuntos tratados por los pintores decimonónicos. El género pictórico que manejó con gran destreza, careció de estirpe en nuestro país, y no es casual que su obra fuese acogida con beneplácito, en tanto afirmó los valores propios de la nación y la esencia de lo mexicano. Sus paisajes se hicieron indispensables para el desarrollo de un arte nacional y de una estética propia. Velasco empalmó sus actividades docentes y artísticas con un profundo análisis estético-científico y un marcado interés por el "progreso".
No sólo fue alumno y maestro de la Academia, sino también dibujante del Museo Nacional y miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, de la que eventualmente llegó a ser Presidente. Así, el Homenaje Nacional José María Velasco (1840-1912) que el Estado Mexicano rinde a José María Velasco a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Bellas Artes, planteó como objetivo fundamental propiciar una lectura e interpretación actualizadas de la paisajística velasquiana, la exposición permaneció de julio a octubre de 1993.
Sin duda, ofrecer al público una selección sobresaliente de oleos, acuarelas y dibujos de José María Velasco, significó también la generosidad de coleccionistas particulares que facilitaron temporalmente su obra a este recinto, con el fin de procurar una visión panorámica del quehacer del artista. A ellos, y a todas las instituciones nacionales y extranjeras que coadyuvaron a conjuntar la retrospectiva, expresó el Museo Nacional de Arte su profundo agradecimiento.